Tortugas.
Los quelonios o testudines, tradicionalmente se los ha asociado con la subclase
anapsida, anápsidos, por la ausencia de fenestras temporales en el cráneo,
aunque en la actualidad según nuevos estudios evolutivos son consideradas
diápsidas. Difieren sustancialmente en su aspecto del resto de reptiles,
principalmente por determinadas características especiales en su anatomía, como
la armadura o caparazón que envuelve su cuerpo, de gran utilidad para poder
protegerse de sus depredadores, aunque existen especies con caparazón blando.
Su armadura está formada en la parte dorsal por el caparacho y en la parte
ventral por el plastrón, a su vez el caparacho o concha se compone de placas
óseas a modo de mosaico. Las dos coberturas existentes en la armadura facilita
la salida y entrada de sus miembros.
Una de sus
principales características es la retracción de la cola, cabeza y extremidades
hacia el interior de la concha, que es variable en función de la especie;
existen tortugas con retracción total, otras, en cambio, contraen sus
extremidades de forma parcial; además, la ocultación de sus miembros puede ser
en plano horizontal (criptodiros) o vertical (pleurodiros).
La superfamilia
de los Criptodiros agrupa a la mayor parte de especies, tanto las tortugas
marinas, como aquellas que habitan en agua dulce, incluso los quelonios
terrestres, se pueden avistar en todos
los continentes; en cambio, la superfamilia de los Pleurodiros se distribuyen
en Australia, Sudamérica y ciertas zonas geográficas de África. Sus hábitats
pueden ser muy variados en función de su evolución y preferencias, así están
las que durante todo el tiempo permanecen en el mar y solo regresan a tierra en
época de reproducción, las tortugras semiacuáticas y dulciacuícola o las
propiamente terrestres.
Características
que presentan todas las tortugas
– Presencia de
coraza con caparacho en el dorso y plastrón en la parte ventral.
– Presencia de
capas córneas en la concha a excepción de ciertas familias que poseen caparazón
blando: Carettochelyidae, Trionychidae, Dermochelyidae.
– Ausencia de
dientes en la mandíbula, en su lugar poseen prominencias córneas tanto en su
mandíbula superior como inferior.
– Sus
extremidades son fuertes, los dedos en las tortugas terrestres se presentan en
forma de pezuñas, en las semiacuáticas se aprecian claramente y en determinadas
especies están unidos por membrana interdigital, finalmente en las tortugas
marinas, las extremidades han evolucionado en forma de remo para una mejor
adaptación a sus hábitos en el agua.
Características
de las tortugas relacionadas con la reproducción
Su reproducción
es ovípara y de fecundación interna. La incubación se produce a temperatura
ambiente en los propios hoyos que excavan. Los progenitores no colaboran en las
tareas relacionadas con el cuidado de la prole, de tal suerte que una vez
eclosionan los huevos, las crías deben de comenzar a llevar una vida
independiente, el factor comportamental heredado es importante de cara a su
supervivencia.
La incubación en
estado salvaje es variable, desde un mes a unos cuantos meses e incluso más de
un año en ciertas tortugas terrestres. En general, el índice reproductivo es
bajo salvo ciertas especies marinas y algunas dulceacuícolas de tamaño grande;
el resto, el número de puesta de huevos suele oscilan entre dos a siete,
incluso superar los 100 huevos en función de la especie en cuestión.
Otras
características afines.
Otra
característica de las tortugas es su respiración pulmonar, aunque las tortugas
de agua han adoptado otros medios complementarios para poder permanecer en el
interior del agua.
Para poder
estabilizar su temperatura corporal y retener el calor metabólico precisan de
exposiciones prolongadas al sol o, como en el caso de las tortugas marinas,
permanecer en áreas cálidas tropicales. A temperaturas bajas entran en proceso
de letargo disminuyendo considerablemente su actividad.
Tomado de: https://reptiles.paradais-sphynx.com/informacion/caracteristicas-tortugas.htm
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